Cada vez son más las empresas de tecnología que optan por planes de reestructuración para afrontar la época post-pc. Un ejemplo de esto es Sony que se ha desecho de su división de PCs y otras como Toshiba que directamente se fueron de esos mercados menos rentables. En esta misma línea va HP que pretende partir en dos la compañía para separar su división de PCs e impresoras de la división de soluciones y equipos empresariales.
Así es como HP seguiría los pasos de su principal competidor IBM que vendió hace ya diez años su división de ordenadores personales a Lenovo con al finalidad de poder enfocarse directamente en la comercialización de productos y servicios empresariales. Ya pasaron dos años desde que HP, de la mano de Meg Whitman, comenzó el proceso de reestructuración de su negocio que parece no tener fin con el objetivo de devolverle a la firma el esplendor que tuvo en sus días en el segmento de los personales. Claramente la pregunta que se desprende es ¿Qué otro gigante querrá tomar esa unidad de negocios de la cual HP se está desprendiendo?
Por el momento, esta reestructuración de negocio que tiene como intención de consolidar las cuentas de la compañía con la finalidad de generar un crecimiento para la firma de cara al 2015 todavía no ha dado sus frutos. La compañía ya ha despedido cerca de 34.000 de sus empleados y tiene previsto tal como se anunció en mayo, otro recorte de plantilla de acerca de 16.000 más.
Por el momento se espera que la firma continúe anunciando sus planes de reestructuración, pero todo parecería indicar que HP tal como la conocemos podría desaparecer.