Nike, siempre vanguardista, fue la primera marca en hacer su incursión en los wearables cuando aun ni siquiera existía el término para referirse a ellos. Fue con un sensor de Nike+ para zapatillas de su marca que se conectaba con los iPods como comenzó el concepto de incluir la tecnología a las prendas. Esta integración fue evolucionando con el paso de los años llevándola también a iOS, lanzando en el 2012 FuelBand, aunque luego de esto Niké decidió discontinuar este producto. A partir de ese momento algunos ingenieros clave de la FuelBand se marcharon a Apple para trabajar en el Apple Watch. De esta relación entre marcas y grupo de desarrolladores es que ha surgido un proyecto en conjunto de las dos marcas para crear nuevos wearables. El CEO de Niké, Mark Parker, ha hablado de estos esfuerzos conjuntos.
“Tecnológicamente, podemos hacer cosas juntos que no podríamos hacer por separado. […] Es parte de nuestro plan, expandir las fronteras digitales en términos de wearables y pasar de 25 millones de usuarios de Nike+ a cientos de millones”.
Niké mantiene actualmente en sus tiendas la FuelBandSE, así como el Niké Sportwatch GPS, más pensado para el público que realiza actividad física de forma intensa que para algo mas casual como es el caso de Fuel Band.
Es claro que el objetivo de Nike+ es convertir su servicio en el líder del sector, copado por alternativas como Adidas, miCoach, Runtastic, Runkeeper, Endomondo, Fitbit, entre otros, mediante la integración con Apple Watch. Parker declaró que el futuro harware que lance la compañía a partir del relacionamiento de marcas será más integrado, elegante y funcional.